Habla
la sangre de mis ancestros,
la que tiñe mi piel.
Habla.
Me llama desde milenios
salvaje y mansa,
firme.
Teje sueños
Que caminan hacia mí desde aquel horizonte
hasta mis pies y me invita,
insiste hasta que la escuche.
Dice que tiene la respuesta
y la llave a todas mis preguntas.
Sentado y cavilante
Observo sus ojos oscuros,
cuanto misterio.
Visitame -dice y desaparece.